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Por Cristián Barra, Jefe Unidad de Gestión, Riesgo y Emergencia, Ministerio del Interior y Seguridad Pública
Imagen de portada: Isla de Chiloé, mayo 1960. Créditos: National Geophysical Data Center/NOAA


 

A 60 años del terremoto y tsunami de Valdivia, recordamos la importancia de enfocar esfuerzos tanto públicos como privados para anticiparnos y prevenir el impacto de los eventos naturales extremos. Los terremotos, tsunamis o aluviones no saben de pandemia, por lo tanto la experiencia nos llama a estar preparados, principalmente en las capacidades de respuesta a la población.

La tarea hoy no es fácil, porque gran parte de los recursos humanos están destinados a resolver los problemas de la emergencia sanitaria derivada de la Covid-19. Sin embargo, debemos redoblar esfuerzos durante esta crisis, en los planes o las acciones destinadas a prevenir el riesgo de desastres en la población. La inversión en investigación, desarrollo e innovación es factor clave para transformar el problema de los desastres en oportunidades de desarrollo tecnológico para nuestro país.

En este sentido, el Instituto para la Resiliencia ante Desastres (Itrend) se posiciona como un actor que acoge y articula a la sociedad para trabajar en estas prioridades. Desde la Subsecretaría del Interior, esperamos que nos permita vincular de manera permanente a los distintos sectores involucrados para enriquecer la toma de decisiones con conocimiento, experiencias y aprendizajes.

 

Que estos 60 años de memoria que nos deja el terremoto de mayor magnitud registrada en la historia nos inviten a seguir trabajando para que Chile avance en políticas que fortalezcan la resiliencia ante desastres.

 

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